El vividor

Di con él en el lugar donde sabía que lo encontraría, en el chiringuito de su playa favorita de Formentera. Tocaba la guitarra mientras tomaba una jarra de cerveza, sentado en la única mesa. En toda la playa solo estábamos él y yo.
Me acerqué despacio, temiendo romper un momento mágico. En la agonía del último acorde me atreví a hablarle.

Hola Pau.
Hola.
Te preguntarás quién soy.
No, en absoluto. Te conozco desde que escucharas mi primera canción.
He venido porque tenía que decirte adiós.
¿Cómo me has encontrado?
Siempre has sido un vividor. Lo tuyo no es ponerte a dormir eternamente. Solo podías estar en dos lugares: o en esta playa o en tu rincón favorito de los Pirineos. Probé suerte primero aquí porque sabía que no dejarías pasar la oportunidad de escribir una última canción inspirándote en las olas del mar.
Te equivocas en una cosa. No será la última. Ahora, que el tiempo no existe, tengo una eternidad para crear.
¿Y qué harás con esas canciones?
Tengo pensado susurrarlas en los sueños de alguna chica con alma de compositora.
Yo te quería regalar también una canción, una que habla de ti, pero no sabía si en los sueños habría melodía.
Claro que la hay, pero depende de tu imaginación. Venga, cántamela y yo te sigo con la guitarra.

Al callar me di cuenta de que las olas habían desaparecido de aquella playa de fantasía. Pau había ido dando sorbos a su cerveza, pero la jarra seguía llena. Se había dejado el pelo más largo, de nuevo llevaba coleta. La barba la tenía más arreglada y volvía a tener el físico pletórico de antes de la enfermedad. Me miraba esperando a que me arrancara a cantar. Pensé en sus canciones, en aquellas no tan conocidas pero que más me marcaron: Corazón, Perro apaleao, Dos días en la vida, Vivo en un saco, Avisa a tu madre, Grita, Tiempo, Adiós …. Tantas y tantas canciones fuera del repertorio más comercial.

Y empecé a cantar, y al momento su guitarra me dio una melodía que no podré recordar, porque los sueños humo son.

Puede que creas que ganaste
Puede que creas que perdí
Pero hay una cosa solo cierta
Que nunca dejé de vivir.
Algunos nacen derrotados
Pidiendo ya la rendición
No será ese mi caso
No verás mi sumisión.
Sí, ya sé que llegará
el esperado momento final
pero siempre encontraré
cuando me vayas a atrapar
una manera de escapar
y otra vez, volverá el juego a comenzar.
Puede que seas invencible
y yo solo un simple mortal
la verdad es que solo existes
si yo me dejo dominar.
Soy tu misión imposible
a mi nunca vencerás
porque solo creo en la vida
en el amor y la amistad.
Sí, ya sé que llegará
el esperado momento final
pero siempre encontraré
cuando me vayas a atrapar
una manera de escapar
y otra vez, volverá el juego a comenzar.
Y es que la vida es un juego
que hemos venido a jugar
no entiendo que se pierda el tiempo
pensando en lo que no ha de pasar.
No me verás compadeciendo
lo que pudo ser y no será
la vida es este momento
me subí en marcha a toda velocidad.
Sí, ya sé que llegará
el esperado momento final
pero siempre encontraré
cuando me vayas a atrapar
una manera de escapar
y otra vez, volverá el juego a comenzar.
Y si quieres que abandone
esta vida que es mi hogar
a patadas vieja amiga
me tendrás que desalojar.
Y quizás en el momento
de mi último suspiro
encuentre aún algo de aliento
para decir Yo no me rindo.

JAP Vidal:
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