El hombre eterno

Principios de junio del año 2162

Sigo el curso del río a contracorriente, subiendo por la cordillera pirenaica en busca de aquel enclave secreto que ya consiguiera encontrar diez años antes. Prometí volver. La primera vez buscaba un sueño y solo encontré una pesadilla. Recuerdo, como si fuera hoy, el sufrimiento, la ilusión, el dolor y la esperanza…

 

…Agosto del año 2152

“Conocí un hombre que halló el secreto de la inmortalidad”. Eso me dijo mi padre en su lecho de muerte. Selló sus labios con una exhortación final: “Búscalo allá donde nace el río de plata, más allá de la cueva del Oso, tú ya sabes dónde, ¿verdad?”. Con esa pregunta exhaló su última bocanada de vida. No le contesté, no valía la pena, no me iba a oír y además, él sabía perfectamente que yo entendería las indicaciones.
Tardé una semana en ponerme en camino. Tuve que dejar atado el testamento del viejo, pedir un par de meses de excedencia y decirle a mi esposa que no me esperase para cenar durante una buena temporada. A nadie le dije donde iba. A nadie podía confiarle el secreto de mi padre. ¿Qué sería de la humanidad si de un día para otro se supiese que hay un tipo en los Pirineos que vive eternamente? Podría estallar la Cuarta Guerra Mundial. Con la tercera ya fue un milagro que no nos extinguiéramos. No, debía ir yo solo, pero en esos momentos no sabía que en vez de un don me iba a encontrar con una maldición.
No me atreví a viajar en el coche volador, el GPS delataría mi posición en todo momento a ojos indiscretos. No podía dejar pistas. Aparqué el vehículo en un valle y caminé durante días siguiendo las instrucciones de mi difunto padre, alcanzando el nacimiento del río de plata, después llegando hasta la cueva del Oso, ambos nombres inventados entre padre e hijo en las excursiones que marcaron mi infancia. Sin embargo, a partir de la cueva no supe a dónde ir, estaba confuso con lo de “más allá de la cueva del Oso”. Subí hasta la cima del monte, nada, bajé de nuevo y avancé por el bosque durante varios días hasta que me di cuenta de mi error. Debía introducirme en la cueva y buscar un pasadizo interno que me llevara al interior de la montaña. Encontré un punto de la cueva que daba paso a un estrecho pasadizo, casi imperceptible. El pasadizo se ensanchaba después de un kilómetro de arduo camino. El camino continuaba durante un par de días por el interior de la montaña hasta llegar a un pequeño claro que recogía la luz que se filtraba desde la cima del monte. Allí había una cabaña de madera. El lugar era fantástico, tenía agua proveniente de manantiales subterráneos, luz del sol y también fosforescente de los minerales de las rocas, una temperatura siempre estable y fresca, como en una bodega. Alguien había hecho un gran huerto donde había plantado una gran variedad de verduras y frutas.
Grité varias veces si había alguien allí y un anciano salió de la cabaña. Tenía millones de arrugas pero no parecía tener problemas de salud. No me dijo nada, me miró con curiosidad pero sin mostrar alegría, enojo o miedo. Simplemente curiosidad.

– ¿Es usted el señor Cañete?
– ¿Quién lo pregunta?
– Soy el nieto de un amigo suyo. JAP Vidal, ¿lo recuerda?
– Creo que sí ¡Hace tanto tiempo!
– Mi padre me confesó antes de morir que usted guardaba el secreto de la vida eterna.

El hombre, ahora sí, cambió su gesto a algo parecido al miedo.

– Hijo, ese secreto es el fruto de una maldición.
– ¿Tan malo es vivir eternamente?
– Acompáñame.

Seguí al viejo dentro de la cabaña. La estancia era muy sencilla, pero acogedora. Solo había una foto, me sorprendió verla allí. El anciano siguió mi mirada y sonrió, aunque era una sonrisa amarga como el vinagre.

– Ese era el equipo de la temporada dos mil catorce, dos mil quince. Hace mucho de eso, pero aún recuerdo como jugaban.
– ¿Qué es?
– Fútbol.
– ¿Y los cascos, las rodilleras?
– No, este era fútbol de verdad, el que se juega solo con los pies, el europeo.
– ¡Es verdad! – dije con alegría al recordar – Era el que estaba de moda en la primera mitad del siglo pasado. ¿Qué equipo era ese?
– El Barça. El mejor Barça de la historia. Ganó nueve copas en tres años. En aquel equipo jugaban juntos los mejores delanteros del mundo.
– ¿Y qué pasó?
– ¿Qué pasó? Pues que los aniquilaron.
– ¿Cómo? – pregunté horrorizado
– Con el poder del dinero.
– ¿Y cómo es que el único cuadro que tiene usted aquí es ese? ¿No tenía familia?
– La tuve, pero mi gran amor era el Barça y por su culpa arrastro esta maldición.
– ¿Se refiere a la vida eterna?
– Sí.
– No lo entiendo.
– Fue el…

 

…3 de Junio del 2017

El árbitro pitó el final del partido y los jugadores del Madrid se abrazaron mientras sus contrincantes caían, hundidos, sobre el césped del terreno de juego. El Real Madrid acababa de ganar su duodécima copa de Europa. Yo estaba destrozado. Los mensajes no paraban de llegar a mi móvil, merengues que deseaban pasarme por la cara su gran éxito. Fue en ese momento, cuando cerré los puños con tal fuerza que hundí mis uñas en las palmas de mis manos, haciendo que de ellas manaran hilillos de sangre. Sin pensarlo, con todo el anhelo de mi alma hice un juramento que me ha marcado para siempre.

 

Agosto del 2152

– ¿Qué juró?
– ¿Qué juré? ¿Ni siquiera quieres jugar a adivinarlo?
– No, no lo sé. No tengo ni idea.
– Como se nota que no has vivido esa rivalidad.
– ¿Qué rivalidad?
– Barça-Madrid.
– Algo he oído.
– Era la gran guerra del siglo XXI. Una guerra sin cañones pero tan cruenta como si las bombas estallaran en medio de la población civil. Hasta que llegó la gran guerra atómica, claro.
– ¿Y qué juró?
– ¡Ah, sí! Pues…juré que no moriría hasta ver al Barça ganar más  copas de Europa que el Madrid.
– ¿Cómo?
– Que juré que no moriría hasta que el Barça superase al Madrid. Y aquí sigo, ya sin ninguna esperanza de conseguirlo. Durante años aguanté pero al final, tras la “Tercera Guerra Mundial”, la copa de Europa desapareció y me quedé atrapado en mi maldición.
– ¿Quiere decir que el secreto de su vida eterna es un juramento tan estúpido?
– ¿Estúpido? ¿A algo tan sagrado le llamas estúpido? ¡Vete de aquí, ignorante! ¡Y no vuelvas a menos que tengas algo importante que decirme!

El viejo me sacó casi a patadas de su cabaña y yo, indignado con él, dejé aquel lugar sin querer mirar hacia atrás. Me sentí estafado. Volví a mi casa y durante un tiempo retomé mi vida normal sin volver a pensar en el tema. Sin embargo, hace poco, a…

 

…Principios de junio del año 2162

– ¿Hola?

Espero un poco hasta que el viejo sale de la cabaña. Juraría que su rostro aún tiene más arrugas que la anterior vez que le vi. Parece imposible pero así es. Sin embargo, se mueve con la misma facilidad que entonces. Como hiciera aquella vez, me mira sin ninguna emoción. Pero en sus ojos observo que se acuerda de mí.

– ¿Por qué has vuelto?
– Tengo novedades del mundo exterior.
– Explícate, ya.
– Cuanta prisa para alguien que tiene todo el tiempo del mundo.
– Los viejos somos por naturaleza impacientes. Vamos, no me hagas perder tiempo.
– Alguien rebuscó en los archivos históricos deportivos y descubrió ciertas irregularidades en los torneos de Copa de Europa.
– ¡No me digas que…!
– Sí, le han quitado al Madrid tantas copas de Europa que ahora el Barça ya le supera en el palmarés.
– ¡Lo sabía, lo sabía! ¡Se ha hecho justicia!
– Ya puedes dormir tranquilo, viejo.
– Muchas gracias por avisarme. Me has dado una gran alegría. ¡Por fin se hizo justicia!

El anciano se estira en su catre con una gran sonrisa dibujada en su rostro, no tarda en dormirse. Un poco más tarde, el sueño tranquilo se convierte finalmente, con un siglo de retraso, en sueño eterno. Ya debe estar hablando con Caronte, espero que el barquero no sepa de fútbol y no le diga nada, al menos hasta que haya cruzado la laguna Estigia y ya no haya vuelta atrás. Os preguntaréis por qué lo he hecho. No, no hay problema, os lo puedo explicar. Primero, por humanidad, no podía dejar a ese hombre sufrir eternamente. Segundo, por la ciencia, necesitaba confirmar que una longevidad tan extraordinaria se debía a una obsesión enfermiza del sujeto. Y ¿qué cojones? ¿Acaso a vosotros no os parece injusto que un tipo pueda vivir el doble que vosotros solo porque ha hecho un juramento tan estúpido? ¡Es un insulto a la evolución humana!

JAP Vidal:

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